16 abr 2011

TRASCENDENCIA DE LA PIEDRA. SONIDO KAL

La parte más débil del ser humano son los pies. Desplazarse implica poner en peligro la vida, si éstos se lesionan. Existen dos maneras de facilitar la comodidad en los desplazamientos: una, crear la protección intrínseca a la persona, y otra, proteger de manera extrínseca, allanando lo que pudieran ser caminos y rutas.

Poder salir del lugar habitual, facilita la búsqueda de nuevas formas de existencia y modos de supervivencia, por lo que se hace imprescindible ir calzado. No siempre la tecnología estuvo a la altura de las circunstancias, dándose el caso de que, en ruta, las protecciones de los pies se deshicieran y dieran al traste con el feliz retorno.

Una vez establecido un asentamiento, que fuese cómodo para los pies y donde el alimento no faltara, se haría necesario fundar los caminos que condujeran a los lugares de abastecimiento, sin poner en peligro la vida, bien por lesiones o bien por desorientación. Por estos motivos, se desbrozarían todas estas rutas y se dejarían bien marcadas. Comoquiera que la cambiante Naturaleza borrara tales marcas y señales, hubiera de pensarse en elementos de peso, de índole perdurable para tales referencias.

Si las cuevas y otras oquedades ofrecieron la primera seguridad, cabe pensar que, con el crecimiento demográfico y la expansión, debido a un cambio en la climatología favorable, los humanos buscaran alojamientos semejantes o, en su defecto, la construcción con piedra de lo que fueran a ser sus lugares habituales.

Conocido el fuego, la mejor manera de conservar el calor durante la noche, sin riesgo de incendio, sería el calentamiento de piedras, especialmente para colocarlas en los fríos pies. El aprovechamiento posterior de estas piedras calcinadas daría origen al descubrimiento de la KAL, cuyas propiedades se verían como milagrosas, venidas del fuego, adquiriendo esa energía de la vida (calor, temperatura) del Sol, el Fuego Supremo. De aquí que se llame cal viva.

Siglos y siglos de trabajo con piedras, dan un conocimiento del material y su manera de trabajarlas nada desdeñables. Si de una piedra grande se pueden separar muchos trozos, y de estos, a su vez, otros muchos, y así sucesivamente, esto quiere decir, que todas las arenas y barros que existen pueden derivar de rocas y que muchas rocas pueden ser formaciones de arenas y barros compactados. Esta sería una de las cuestiones más estudiadas de la antigüedad, donde la mayor parte de los ensayos y pruebas de los alquimistas sería por buscar ese elemento aglutinante, ya descubierto en tiempo remoto.

El fuego, transformador, considerado sagrado desde siempre, como parte entregada por el Sol para el servicio del Hombre, sería la clave para el hallazgo de uno de los primeros componentes, la esencia blanca transformadora, polvo vivo que tiene el poder de acumular energía, transformar y aglutinar, en medidas proporciones, de manera tan resistente, minúsculas partículas de piedra.

Ya dije cómo el sonido KA significó Hacer/Haber, pues bien, fruto del quehacer, del trabajo (acarrear piedras de un lado hacia otro, lascarlas, traer leña, ...), el movimiento del cuerpo, es el KALOR. La energía que hace que el cuerpo se encuentre mejor y que el Sol regala, dona de manera gratuita. Calor deseado sin necesidad de trabajar, productor de la alegría, buscado en las llanuras, libres de obstáculos, lo que permitiría la libertad también a los descalzos.

Todas las palabras que hoy contienen el sonido KAL hacen referencia a los pies descalzos (calzado, calzada, escalera, escala, calle, calé, calesa, calcar, calcañar, callo, calambre, calcetín, calza), a la luminosidad del cielo claro (calaridad, calima), a los tonos blanquecinos como la cal (calostro, calavera, calamar, calva), al reparto o medidas de cantidades (calibre, cálculo), a todos los derivados de la irradiación de calor (caldas, caldea, caldera, cáliz, calma, calmante, álcali ...) y, por supuesto, a la piedra requerida en sí (caliza), al proceso de calcinar la piedra (y por extensión todo lo que se expone directamente al fuego prolongadamente), y a sus extractos fundamentales (cal, calcio, tan necesario para la dureza de los huesos), así como la concentración anómala en diferentes vísceras (cálculos).

Video gentileza de miradas de andalucia

Video gentileza de RTVCM

3 abr 2011

EL ORIGEN DE LA MÚSICA.

Todo lo que hoy tiene un sentido, originariamente nació de manera bien distinta, sin ser pretendido. El concepto que hoy tenemos de las cosas nada tienen que ver con lo que fueron, por lo que no podemos juzgar hoy las concepciones del ayer, puesto que la realidad es tremendamente cambiante en nuestro interior y como producto de la vida en sociedad.

Hubo un tiempo en que los hombres padecieron, de manera inimaginable. Las noches se hacían eternas con el frío en tal oscuridad, dolor, desvelo, llantos, quejidos y tiritonas. Otro tipo de ruidos, hoy conocida su procedencia, aparecían: aullidos, ulular de aves, grillos y demás alimañas nocturnas. Las siluetas y las sombras impedían salir a buscar remedios, el temor se apoderaba de los que mejor se pudieran encontrar.

Como expresé en otro post, fue el carácter alternante y sucesivo de las noches y los días (sufrimiento-alivio), lo que favoreció una serie de costumbres en forma de oración hacia el Sol, creador, salvador y regenerador de toda existencia. De aquí surge el hecho religioso: de la aceptación de que el Sol ha de desaparecer y del deber de afrontar el dolor de su ausencia con la esperanza de que, suplicando y llorando, en cualquier momento aquél se compadecería y volvería a aparecer.

El desconsuelo y el dolor producen el lamento y el quejido, palabras monosilábicas rituales, rítmicas, que expresan un sentimiento de abandono y/o de esperanza, que con el agotamiento propio del momento, se van haciendo tenues y cambiando de tonalidad. La alegría de VER amanecer, la existencia de las cosas, la mejor temperatura, provoca un nuevo ánimo, movido por el espíritu renacido del que se ocultó, se marchó, se fue o se murió anteriormente, el Sol.

Hasta nosotros ha llegado la tradición de rezar llegada la noche, rezar al amanecer e incluso para más de uno, rezar al medio día (Sol en lo alto), las 12, el Ángelus. (Tres momentos los de los vértices del triángulo figurado que ya comenté).

Todas las oraciones se recitan con carácter rítmico y repetitivo, hasta que llega el sueño, que permite descansar con la esperanza de ver amanecer, seguir vivo. A los niños, estas oraciones se les debe decir cambiando de tonalidad, a modo de los quejidos ancestrales. Este tipo de oración infantil era y es la NA-NA, que significa Salir-Salir, sentido esperanzador con el que todos descansarían pensando en la salida de un nuevo Sol, Divino, Seco, Tesoro.

Las entonaciones o notas musicales, conocidas por todos, no son más que palabras monosilábicas que forman una frase, haciendo alusión al sentimiento padecido por la ausencia del Sol.
Free counter and web stats