Todos
los seres vivos producimos desechos. La supervivencia implica buscar tanto
alimentos como diferentes materias que nos faciliten la realización de
instrumentos, herramientas y enseres, y en todo este proceso se precisa separar
lo aprovechable de lo que no lo es. Asimismo, el organismo de cada individuo se apropia de
la sustancia elemental, desechando lo innecesario, a través de nuestro sistema
excretor. Evidentemente todo desecho lleva implícito, hacia nuestros sentidos,
un impacto desagradable.
La aversión producida por malos olores, y la apariencia viscosa putrefacta, obliga a
apartar, esconder, enterrar directamente, elevar a zonas apartadas o quemar los
desechos. Se trata de desecar lo antes posible cualquier materia “muerta” como
medida de solución natural.
Los
excrementos humanos, por su fetidez, tendrían tratamiento inmediato, cavando
previamente un hoyo en el suelo o construyendo formas, literas (literinas), letrinas,
una especie de andas ancladas en fosas o taludes de terraplenes bien
pronunciados (RE-TE-RE-TE Fuera Allá Fuera Allá), en claro significado del
deber hacer las necesidades en lugares retirados, apartados.
Asimismo,
gran parte de desechos se aprovecharían para echar en la lumbre del fuego que
serviría también para calentar y hacerlos desaparecer convirtiéndolos en
ceniza. De tales procederes surgirían las PIRAS ceremoniales, con claro sentido
religioso de culto al Fuego Solar. En diversas culturas ofrecían los cuerpos
fenecidos a las llamas del fuego para que, dentro de éstas, se fundieran con el
espíritu del muerto, al encuentro con Dios Padre Fuego Sol. (ES-PIR-Y-TU ->
Los que - yendo Desechos– Calor – Sacar, es decir la esencia o energía que se
extrae, hasta de lo que es inservible).
Una
manera ancestral de hacer desaparecer los desechos sería compactarlos,
mezclados con las tierras propias del terreno, a modo de “concreto”, una
técnica arcaica de poder reutilizar incluso los bloques de concreto para la
fabricación de viviendas. Todavía algunas tribus africanas siguen utilizando el
estiércol de su ganado para reforzar el barro, por lo que se hace evidente que
el prensado de estas mezclas y su exposición al sol darían consistencia
realmente pétrea al resultado. Un material constructivo ya casi olvidado.
Dependiendo
de la riqueza en minerales de los desechos y del agua de compactación así sería
la dureza del hormigón o concreto formado, algo que justifica la manera de
hacer grandes bloques “in situ”, junto con la arena, ofreciendo la
posibilidad no solo de encofrar a antojo. De lo que se deduce que, en
sociedades donde se hace difícil la eliminación de los desechos, sería la
gestión adecuada, su aprovechamiento integrado y mezclado para su acumulación
extrarradio en formaciones de muros (PIRcas), necrópolis y pirámides ...
cumpliendo así esa doble finalidad. Es decir, que aquello que es desecho
(basura) experimenta una transformación “milagrosa” después, siendo este el
verdadero significado de PIR-A-MI-DE.
En
todas las sociedades y diferentes idiomas existe la expresión malsonante de
“mandar al infierno”, “mandar a la mierda”, incluso “mandar a cagar”, como
consecuencia de un mal comportamiento o merecimiento de un castigo, tal y como
hubiera sido en tiempos pretéritos, apartarse a realizar labores de limpieza o
simplemente irse lejos, “PIRarse”. Así, los castigados a este tipo de trabajos,
finalmente terminaban fugados, sin escrúpulo alguno, y embarcados en misiones
de asalto y robo, prendiendo fuego a todo lo que no les es necesario,
procurando estar fuera de jurisdicción alguna, tierra/agua de nadie (PIR-A-TA),
y no por otro motivo se hacían distinguir por su procedencia, los despojos (su
bandera), el fuego, la carbonización, lo más bajo, sucio, negro, terrorífico, cloacas, hampón, hampa.
En
zoología, tenemos PIR-A-ñA, que indica la función de estos peces voraces, que
hacen desaparecer cualquier desecho dentro del agua, o PIR-HUÍN, parásito que
vive en aguas estancadas a la espera de algún incauto animal, al que le
producirá la muerte. Como mineral existe la PIRita, cuyo nombre alude a su olor
sulfuroso. Y expresiones como “pringar” PIR-IN-GUE, o el desagrado de ensuciarse
con lo que rezuma fetidez y produce asco, sería otra muestra rotunda. Por lo
tanto, el origen y verdadero significado de PIR estaría en la relación con la
cercanía a la enfermedad y por consiguiente, a la muerte, como eran propios los
estados febriles por infección; de aquí que se hiciera extensivo a la acuñación
de nuevos términos, como derivados del fuego o la temperatura.
Algunos
vocablos terminados en PIR, llegados y conjugados como verbos, tendrían su
significado en la relación con lo ya expuesto. Escupir, sería la acción de los
que hacen dentro de sí materia de desecho que luego expulsan por la boca; o
destupir, la acción de los que sacan la suciedad (eliminando la obstrucción)
para que fluya lo natural. Parecido acto sería el RES-PIR, significando el
hecho de “restar” o sustituir el aire “sucio” por el bueno, de tal manera que
hasta nosotros llega la expresión “tomar un respiro” e incluso “respirar” como
concepto de alivio, limpieza, independiente del hecho fisiológico de inhalar y
exhalar. Soltar el último aliento, expirar (ES-PIR), daría a entender “los que
van a desechos”, el fin de algo; al igual que espira / espiral, remolino que
conduce al final de un extremo u otro, hacia dentro o hacia fuera, según el sentido
del giro. De aquí que atraer algo hacia dentro se le llame aspiración, como fin
de ese algo.
Singular
vocablo sería igualmente “suspiro” – SUS-PIR -, significando “destino
desechos”, es decir, destinado irremediablemente a convertirse en despojo e
inmundicia, como es el caso del que tiene en mente su propia muerte o la de un
ser querido. Y una victoria “pírrica” -PIR-ica- es la batalla que se vence asumiendo
tal cantidad de muertes y despojos humanos que no compensa en absoluto la
hazaña, independientemente de la historia del rey Pirro de Epiro.

De PIR
<-> RIP. Es fácil observar cómo en las márgenes de los ríos, a lo largo
de su curso, es donde se depositan los detritus y restos (no van con el curso).
Entre las raíces de la vegetación, sumergidas, existe una intensa vida gracias
a estos desechos que alimentan a no pocos microorganismos y crustáceos. Son
RIPuarios, RIPas o “RIPeras”, que dan nombre a lo que llamamos hoy RIBERAS. De
ellas eclosionan además millones de insectos, que inician la cadena trófica
necesaria para la vida, aunque molestos y causantes de enfermedades.
Crustáceos, peces, anfibios, reptiles y pájaros, propios de las riberas de los
ríos, formarían parte del saneamiento natural de insectos, residuos e inmundicias. Los que
se arrastran buscando esas inmundicias generan la desconfianza ya
conocida, como gusanos, serpientes y animales de "sangre fría", enemigos ancestrales.
Ajusticiamiento igualmente antiguo sería la tortura en la cruz; asfixia lenta, muerte con las manos separadas del cuerpo, desprotegido, sin perdón, sin paz: la "pena máxima", para los peores delitos. Estos ejecutados serían escoria visible, si nadie se hacía cargo de ellos para hacerlos desaparecer, enterrarlos. Todos los fallecidos, se corrompen bajo tierra, y se haría necesario indicar con alguna señal, piedra pesada o losa, su ubicación para no desenterrar la putrefacción. Con las letras RIP, antes de reconvertirse en su actual significado como siglas en latín, se indicaría el destino propio de la basura, los desechos, la bazofia (RIPIO). Es pues deducible la hor-RIP-ilancia que la aparición por sorpresa de un cadáver pudiera producir.
Ajusticiamiento igualmente antiguo sería la tortura en la cruz; asfixia lenta, muerte con las manos separadas del cuerpo, desprotegido, sin perdón, sin paz: la "pena máxima", para los peores delitos. Estos ejecutados serían escoria visible, si nadie se hacía cargo de ellos para hacerlos desaparecer, enterrarlos. Todos los fallecidos, se corrompen bajo tierra, y se haría necesario indicar con alguna señal, piedra pesada o losa, su ubicación para no desenterrar la putrefacción. Con las letras RIP, antes de reconvertirse en su actual significado como siglas en latín, se indicaría el destino propio de la basura, los desechos, la bazofia (RIPIO). Es pues deducible la hor-RIP-ilancia que la aparición por sorpresa de un cadáver pudiera producir.

https://www.eldiario.es/sociedad/energia-biogas-excrementos-dia_mundial_del_retrete_0_449355776.html
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1 comentario:
Muy bueno. Con una gran lógica y fundamento.
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