23 oct 2011

IMPORTANCIA DE LA GRAFÍA, CALIGRAFÍA Y TRASCENDENCIA DE LA HISTORIA.

Hablar correctamente siempre implicó tener bien fijadas las señales sonoras que se indentificaban con los diferentes conceptos. Ante cualquier necesidad, se haría imperioso darse a entender para facilitar la ayuda, clave para la supervivencia. Este siempre fue un objetivo en la educación de los padres hacia los hijos, aprender el código de sonidos bocales y hacérselos repetir, en una dinámica docente constante: mostrar, hablar, repetir, corregir.

No es obvio que la mejor forma de expresión fuera la del lenguaje no verbal, la actuación. Sin embargo, es una capacidad ancestral que hemos olvidado. El aprendizaje mediante la observación de la ejecución de tareas y comportamientos en los demás, sería algo común.

Lo aprendido de la experiencia de los padres sería el mayor capital para la supervivencia, y la comunicación oral sin dar lugar a equívocos, ni necesidad de señas o gestos, no solo ahorraría tiempo, sino que marcaría la diferencia en la calidad de vida de la familia en cooperación: orden, ordenar, dar orden, jerarquía del trabajo.

Muchos conocimientos adquiridos, difícilmente comunicables o transmisibles, serían reseñados mediante dibujos, gráficos o esquemas explicando estrategias observadas, comportamientos y formas de proceder en tareas repetitivas para, en lo sucesivo, concluir actuaciones sin tener que lamentarlo.

La observación de la utilidad de los palos y piedras puntiagudos, punzantes, afilados, sería un indicio para estudiar la forma de crear herramientas que ayudaran a manejar la naturaleza de las cosas. Estas formas puntiagudas, que en su función cortante, siempre trazan la dirección en el sentido del máximo filo, es asociada en la inteligencia del hombre como un primer símbolo gráfico de expresión: la flecha, la cuña, la dirección, la trayectoria.

La salida (por un punto) y el ocaso (por el opuesto) del Sol, igualmente sigue una trayectoria, la cual puede ser representada por las formas /\ y \/ en ambos puntos. Tales grafías serían asociadas a los sonidos básicos que expresarían “lo que existe, se ve” y “ocaso, que se dejará de ver”, es decir, los sonidos A e Y.

A raíz de este parámetro, surgen las más remotas grafías, cuyas codificaciones y equivalencias en los sonidos bocales y conceptuales se pierden en los sueños de los más avezados lingüistas. Sin embargo, todas las escrituras surgen por imperio de la misma necesidad: CONTAR EL TIEMPO CONOCIDO A LAS GENERACIONES FUTURAS, es decir, transmitir conocimiento, dado el carácter repetitivo de la Existencia y las observaciones.

Por tales motivos, los sonidos hablados, identificados a conceptos, debían ser perfectamente codificados en grafías y enseñarlos a los mejor capacitados, para ser continuadores e indicadores del camino a seguir “según las escrituras”. Estas interpretaciones y sucesivos escritos, consejos, etc. van tornándose sagradas por su capacidad ejemplarizante. De aquí que la codificación gráfica empleada deba ajustarse al máximo a la dicción, y ésta permanecer siempre inalterable, para evitar perder la exactitud de los mensajes.

Comoquiera que el significado de las palabras, dentro de la voluntad del Hombre y por el tiempo transcurrido, es de lo más caprichoso, es por lo que insisto en que no se debe abordar el estudio de la etimología por la semántica actual, sino por el significado originario de los sonidos que la componen.

Podemos comprobar, en definitiva, la importancia de mantener inalterable nuestra codificación escrita, que encaja a la perfección con nuestro lenguaje, ambos en conjunto, un patrimonio colosal, un yacimiento por explotar y revelador de todas aquellas dudas, cuando lo son, cuando no errores que reparar.

Un escrito con ausencia de letras vocales, por ejemplo, es equivalente a una palabra ininteligible, un documento inválido. Igualmente, una carta, narración, diario, receta, etc. ilegibles (realizados por escribientes apresurados o con escritura deformada), no sujetos a la grafía codificada y normalizada, serán documentos inútiles en el largo plazo.

Abreviaturas o pequeños símbolos gráficos tecnológicos representados en planos carentes de LEYENDA legible, hoy interpretable por los profesionales afines, no tendrán significación futura, motivada por la propia evolución, que prescindirá de esa tecnología y de su representación gráfica, dejando tal información al capricho de la interpretación de los futuros estudiosos de aquél tiempo pasado. Este caso podría servir de ejemplo para procurar que no cunda la desviación en la codificación de las palabras, debiendo permanecer siempre acordes al lenguaje oral.

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