¡ AHORA ES YA !
La Lengua Caló, lejos de ser un dialecto, jerga o una lengua
de germanías, es tan antigua o más que la Castellana y, además, junto con ésta,
fuente y yacimiento para desentrañar la madre de todas las Lenguas, los
primitivos sonidos vocálicos con significación propia.
En Lengua Caló el sonido “OR” tiene el mismo significado que “O”, que en Castellano significa ÉL. Es comprobable que en Gallego-Portugués “O” también es traducido como ÉL.
El sonido CAM o CAN significó OIR, OIDO, ESCUCHAR, SENTIR.
Para los gitanos OCAN, ORCAN u OCAM es el SOL.
OR-CAN, significa pues ÉL ESCUCHAR, ÉL SENTIR. Lo que quiere decir que, en tiempo remoto ya se le consideraba al SOL la cualidad de percibir, posiblemente escuchar ruegos y actuar en consecuencia.
HORA en Caló es "CANA", AHORA en Caló es "AOCANA", ORAR es en Caló "OCANAR", ORILLA es en Caló "OCANIYA", y OLA u HOLA es en Caló "ORI".
Si nos deshacemos de las molestas letras H (escritas aunque no pronunciadas) para poder verlo más claro y separamos las sílabas, tenemos que:
OR-A = CAN-A
A-OR-A =
A-OCAN-A
OR-AR =
OCAN-AR
OR-Y-LLA = OCAN-Y-YA
O-LA = OR-Y = OCAN-Y
Y seguidamente traducimos los términos:
ÉL = ESCUCHA, SIENTE
ÉL = SOL
ESCUCHA, SIENTE = SOL
¿Y qué tiene que ver esto con Hora, con Ahora y con Orar y con Hola?. Sencillamente que el SOL, era considerado la fuente de luz, calor y vida. En los momentos más trágicos de la noche o poco antes de desaparecer en el OR-Y-ZON-TE, O-CUL-TO, se le rezaba y suplicaba que volviera a salir para donar su Luz y su Calor (Espíritu). Verlo salir por el lado opuesto, como si de una resurrección se tratara por OR-Y-EN-TE, con gran alegría sería aclamado como YA, YA, YA (Fuego, Calor) o A-OR-A (Existe ÉL Existe), viene OR-Y, OR-Y-A, (hola), vuelve, renace, GOL-OR-Y-A, GLORIA.
Y es por ello que cuando el SOL se encuentra en el punto más alto de su trayectoria, cuando más calienta, se deja sentir como el fuego, es momento de la ORA, momento de darle las gracias por mantenernos vivos, ORAR, momento de acción de gracias, de compartir la comida, que llega a nosotros tras generaciones como la HORA o momento más importante del día (el mediodía), y para la Iglesia la más importante del horario de misas, la HORA del ANGELO (el que antes fue deseado, en la noche).
En lengua Caló FUEGO es "YAKE" y CASA es "KE", por lo que es fácilmente deducible que YA hace referencia directa al FUEGO propiamente dicho, (lumbre en casa, "yake").
Tenemos entonces que OR es ÉL, que ÉL siente, ESCUCHA, y ÉL es FUEGO, es YA, es AORA es decir, es Luz y Calor, que como intangible implica que es ESPÍRITU (temperatura y luz). Al igual que los seres vivos mantenemos el espíritu mientras mantenemos la temperatura (nuestro aliento caliente)
Es evidente, pues, por qué la mayoría de mujeres lleva la terminación IA o YA en su primer nombre, y por qué la mayor parte de los territorios llevan IA o YA o AY en la terminación de su nombre. Simplemente es la evidencia del poder ejercido (hacia toda existencia conocida) por el mismo SOL, SOL-O, ÚNICO (Dentro Todo Escondido).
Dar Luz es sacar de la oscuridad, al igual que la Mujer pare a sus hijos, y el nombre de mujer, por excelencia y por este hecho, es MAR-Y-A, que es el Fuego que aparece en el Extremo, en la otra punta o confín, el amanecer, después de la oscuridad.
En lengua Caló, HUERTA, PUREZA, MATRIZ se expresa como "BEA", "BEO", dejando constancia que el sonido BE implica PURO, PUREZA, los lugares donde las condiciones propician la vida. De aquí el nombre de BEATRIZ (puro existe acogido). Y así BEBE puro puro (el recién nacido), o la necesidad de beber el agua (BEBE) sin impurezas, cristalina.
De esta manera, sencillamente, y con nuestra pronunciación ibérica, las más cercanas a la lengua originaria en nuestros días, llegamos a la palabra YABÉ que significa FUEGO PURO, es decir, después de los castigos infligidos por tormentas, aguaceros, nieves y fríos, el SOL radiante con cielo limpio, despejado: una constante de supervivencia en la incipiente “Búsqueda” del Ser Humano: la vida propia, gracias a ÉL, a OR, el fuego que permanece escuchante, sensible (OReYA-oreja), el SOL, el Fuego Puro, YA, YABÉ.
Es por este motivo, que YA-CO-BE, YA-CO-BE-O, YA-GO, SAN-TI-YA-CO, JA-CO-BO, JACQUES, JACK, SANTIAGO, procedan del mismo sonido y concepto, fraguado en IBERIA: el Fuego Puro escondiéndose u ocultándose sin saber dónde va en el horizonte, dejando abandonados, con frío y a oscuras a los que rezan (ORAN) para que vuelva otro DIVINO, que seque, caliente y les devuelva a la Vida, a la Luz, al Día.
Por eso, desde siempre, por el deseo de estar presente el Fuego (el Sol), en los diferentes lugares de asentamiento descubiertos, estos tenían dentro de su nombre la condición de llamarse Fuego, Sol: IA ó YA. Como indican extensas regiones GalizYA, CastilYA, CatalunYA, AndaluzYA, gran parte de los nombres de países del mundo ItalYA, FrancYA, … en todas las direcciones saliendo desde IberYA, y por supuesto todos los poblados que contienen BIYA (Villa) –Venir Fuego, Venir Sol – incluyendo SEBIYA (Sevilla), ciudad donde se siente de manera especial su presencia.
Se explica así la vocación misionera desde tiempo inmemorial del hombre ibérico, en su afán de encontrar, desde los albores de la civilización, lugares más propicios con presencia divina o solar, llevando ya consigo la lengua silábica más pura que jamás existió, y que ha dejado el rastro que desde hace años vengo desentrañando.