19 abr 2019

LOS NOMBRES DE DIOS

La presencia o ausencia de luz y calor es lo que diferencia Día de Noche. Son los “soles”, los que en su llegada ofrecen la existencia de las cosas y, en su deceso, la oscuridad, el no ver nada, haciendo la vida gran silencio, temor, frío y angustia. Esta polaridad es la que da origen a todo nuestro aprendizaje y comportamiento.

La expresión infantil de admiración y sorpresa al ver salir algo bueno, va asociada a un gesto (ojos y boca abiertos), y la emisión del sonido “A”. Al contrario, el dolor e incomodo hace replegar las facciones del rostro y favorece la emisión del sonido “Y”. Inconscientemente emitimos sonidos “AY” en sensaciones sorpresivas, fortuitas y dolorosas, en tanto que en las alegres y placenteras decimos “YA” (IA), también JA (como es la risa).

Reclamamos la presencia de alguien con la vocalización “E”. Al gritar esta expresión, se hace lo que conocemos como una E “aspirada”, dando el sonido HE/JE (que veremos más adelante). Pues bien, si al alba (admiración) se le llamó “A” y a la llegada de la oscuridad (dolor) “Y”, el recorrido solar, tiempo en el que todo se ve (existe) daría la expresión AY: “AhÍ” por estar a la vista, y “hAY” por estar presente, en existencia (hoy verbo haber). AY-É, es el deseo de permanencia de la luz y el calor al llegar el ocaso (AYER). 

En el sentido contrario, el sol desaparecido desde la oscuridad “Y” hasta el alba “A”, daría la expresión “YA”. “YA” (ahora, hoy) sería el momento de la aparición del fuego solar, la luz y el calor (siendo el “Fuego Puro”, sin nubes que lo oculten: YA-BÉ).

(Nota.- Este fuego “YA”, regidor del cielo y la tierra conocida, sería el nombre que todo territorio delimitado importante debió llevar incorporado en honor al que les da la vida. Así, los nombres de grandes extensiones -REGIOnes- llevan “YA” (IA) en honor al astro Rey; y los humanos que alumbran vidas, también: MAR-IA, que significa “Extremo Fuego”, en alusión al punto extremo –inalcanzable- del horizonte por donde asoma la Luz solar.)

Cuando a este fuego celestial se le consideró único (no sale cada día uno diferente), es decir, el que se pone por un lado (dejando todo a oscuras) es el mismo que vuelve a aparecer por el otro lado trayendo de nuevo la luz, después de los sollozos y lamentos de la noche, se le personifica, pues se considera que escucha las plegarias, designándole las gentes nómadas como O / OR, en tanto que los sedentarios EL (ELE, ELY). ÉL significaría “Fuerte”. O-Y es el equivalente a EL-Y, y es el tiempo presente que Él (la luz y calor fuerte), nos concede (HOY).

Muchos nombres de persona llevan en su composición el sonido EL, no de manera caprichosa, sino como testimonio de un tiempo pretérito, donde quedaba patente la necesidad de los padres de protección para ese recién nacido, nombres heredados de creencias sobre los astros del firmamento tras el ocaso del rey celestial: ángeles, arcángeles, querubines y serafines (RafaEL, GabriEL, UriEL, …). Diferentes grados de iluminación y tamaño ordenados por el astro rey para su ayuda y nuestro cuidado en su ausencia (ángeles de la guarda), cuya personificación, con alas, se plasma en tantas obras de arte católicas.

(E, JE).- La necesidad, el deseo, la admiración, el aprecio, el valor, tendría su propia expresión en JE (GE). El más necesario para la vida sería ÉL, O (el fuerte): O-JE, JE-O y también JE-EL (JEL), que detallaré más adelante. Es evidente que, erróneamente, se ha considerado la expresión “JEO” (GEO) como referente a la Tierra, sin embargo, fue una referencia al Sol, a la necesidad de su luz y calor (JE-O-BÉ/A). De esto se deduce que toda la geometría estudiada lo fuera en función de la perfecta (sagrada) forma circular y, sucesivamente, de los intentos de conocer los tiempos de recorrido (medida) tanto en presencia como en ausencia del Sol, lo que sería el origen de lo que ha llegado como Geometría. 

Decía que la expresión JEO correspondía a OJE, siendo OJE la expresión para el día presente OY (ahora). Hasta nuestros días ha llegado HOY, que al igual que HOJE / HOXE (en portuqués / gallego), tiene idéntico significado. Y llevando el significado “AHORA” a JEL, por ejemplo, en la expresión AN-JEL, tendríamos como resultado “el que se anticipa a ahora”, es decir, el que tiene la capacidad de saber antes lo que va a suceder, capacidad sobrenatural considerada solo para el astro rey y, en su ausencia, los cuerpos celestes.

El momento de poder alcanzar el sol (en apariencia) sería en su salida o en su ocaso, por estar a la altura del suelo, y así se consideraría durante muy largo tiempo. Sin embargo, todos los que fueran a buscarlo desistirían en tal empeño, por ver que siempre se encuentra al máximo lejos sin poderlo dar alcance (TE-Allá). Tanto los aparecidos sobre el horizonte en un sentido (en “A”), como los del otro (en “Y”), implicaría en ambos la expresión “ES-TE” (los de Allá); de aquí que unos u otros soles sean llamados ESTE-O-ESTE, punto CAR-TE-NO (hacerse allá pequeño), color del cielo –cárdeno- donde el sol se hace pequeño, y consecuentemente cardenal y cardinales. 

Según va llegando la oscuridad se va haciendo el silencio (SO) de quien se hace débil (LE) en el ocaso, desapareciendo en la noche SOL, SOLE, nombre que se perpetuaría para el concepto puramente físico, estelar. 

La luz del día facilita que los sentidos se activen placenteramente, en tanto que la noche lo haga de manera contraria. Llegar el SOL es estar en la Luz, es encontrarse bien, TY-BY (Divino Venir). Cuando ese TY llega al final de su recorrido se oculta, se mete dentro, TE-U, (Allá Dentro) llegando la noche y apareciendo las estrellas del firmamento, ángeles de compañía, como lo más visible.

El que algo sea repetitivo produce en el final de las primeras palabras-concepto monosilábicas el sonido “sssss”, que hace que hoy lo conozcamos como formación del plural. La incesante repetición del sol desapareciendo ampliaría el concepto de TEU a TEUs, indicando los metidos allá dentro. (Es posible que transcurriera largo tiempo hasta considerar Verdad la existencia de un Único Fuego Celeste).

El intento de llegar al punto de entrada del sol (ocaso) en la tierra para ver por dónde se metía se haría tan lejano, que llegaría un momento en que se diferenciaría la lejana distancia (allá - TE), del concepto del benefactor (divino –TY) y también del hecho de desaparecer (metido – ZE).

No deja de ser testimonial que la “mitología” nombrara Zeus, a lo que en gallego es Deus o en catalán Deu, en origen Teus, Teu (Teo), respectivamente, es decir Dios. Incluso el significado de “The” inglés (EL). Y no deja de ser un hecho que se llame día (DYA) al tiempo transcurrido entre el alba y el ocaso solares; la presencia de DY-Os (Divino ÉL/Fuerte) es el DIA (Divina Existencia).

Es evidente que el “Metidos Dentro” (ZEUS) y el “Divinos Fuertes” (DIOS), son evoluciones de Teus y Tyos en nuestra Iberia. Y como ya he señalado O / OR es ÉL (el fuerte), al igual que ORO (por su color) y al igual que RO (por su forma redonda). Posiblemente Horus tuviera su origen en OR-U, y O-RU que significa, por igual, Él Dentro.

Si alguien presumió de su parentesco con los egipcios, estos fueron los gitanos (Rom). Si de Egipto se desconocen grandes cosas, del pueblo gitano de igual manera. Si acabo de decir que RO también es ÉL - su forma redonda -, y el sonido EL ha estado formando parte de muchas palabras y nombres de varón, RO sería igual que OR, y lo mismo que ÉL, formaría parte de palabras muy importantes para los gitanos, como por ejemplo “el hombre” RO-MÁ / RO-MAN / ROMANO”, lo realizado por el hombre, su lengua, sus ideales y su asentamiento postrero. De aquí roma, romaní, románico, romance, romero, romantico ...

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Según el grado de conocimiento en cada momento y lugar, así se ha ido asimilando la realidad de los días y las noches. O-KUL-TO expresaría “Él Terminar Donde”, en clara alusión al ocaso Solar, momento de dejarse ver en el horizonte, de recogida y silencio. Esta asociación de condicionantes vitales con el pensamiento colectivo es la favorecedora de un sentido repetitivo (religioso) de la existencia en pro de la supervivencia. De aquí que se rindieran (arrodillarse) oraciones, súplicas y gracias al OKULTO, el que se mete dentro para desaparecer y luego resucita para ofrecer más vida. Y por eso KULTO, KULTIBO y definitivamente KULTURA, que es el conocimiento del funcionamiento de la Naturaleza, su relación con el hombre y los ancestros que enseñaron a sobrevivir. Y este es el verdadero sentido de toda “iglesia” (Y-JEL-ES-YA) o los necesitados de la luz y el calor del fuego solar.

Llegados hasta aquí, es lógico pensar que el SALUDO no es más que la manifestación oral de la alegría por la llegada de un día bueno y soleado, o en su defecto, el deseo o la esperanza de que los sucesivos así lo sean.

Se puede deducir que Iberia ha sido crisol de CULTURAS, más por la evolución lógica del conocimiento astronómico a lo largo de los tiempos, en esta posición en el planeta, que por haber recibido la cultura desde fuera, siendo desde tiempo ancestral docente, expansiva y misionera.



Propongo la deducción del verdadero significado de ALELUYA.


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