MES, MEZ. DIFERENCIA, SEPARACIÓN, DIVISIÓN
De entre un conjunto uniforme y diáfano de cosas, aquello
que aparece distinto es lo que marca la diferencia, una división. Distinguimos
los períodos de tiempo por existir diferencias entre ellos, como son las
estaciones del año y dentro de ellas, los MES-ES (meses). Pero también las eras
o civilizaciones, y todo aquello que sirva para establecer una diferencia, llevaría
MES, MEZ o MECE.
Separar, dividir, hacer reparto, cortar, etc. siempre fueron
labores necesarias, especialmente a la hora de comer. La elaboración de la
comida, su preparación, e incluso el acto de comer, implicó tenerla cerca, a
mano, separada del suelo y sobre todo estática, sin que rodara nada y se cayera.
De los primeros útiles importantes para el hombre sería la MESA. El descubrimiento
de su utilidad establecería la primera Diferencia para el desarrollo de su
inteligencia, la búsqueda de la horizontalidad como norma para una vida tranquila
y provechosa.
De esta manera, en plano, en llanura, es más fácil observar
todo lo que ocurre, dividir, llevar, traer, separar (ganado, terreno), más difícil
que nada quede oculto. Implica la tranquilidad, la paz (o pas), el pacer, el pasto,
pastoreo, el paso, el paseo …
No siempre son apreciables los cambios, haciéndose necesario
el consenso entre la apreciación de varias personas (plan, planear). La
delimitación entre terrenos, propiedades, afluentes, ganadería, razas. O sea,
todo lo que comprende la geografía y la climatología, previamente y desde
tiempo remoto, ha sido diferenciado, definido y denominado.
Por estas diferencias sustanciales, las formas de vida
humana son también diferentes, asemejándose quienes subsisten en condiciones
climáticas y geográficas similares, aunque existan en puntos distantes.
La orientación hacia el Sol buscando los pastos descubiertos
de nieve, y siguiendo por los lugares menos accidentados, riberas de ríos, etc,
sería el instinto natural de todas las especies para la supervivencia. En tiempo
de nieve se hace imperioso salir del lugar si no se quiere morir de frío y hambre
en el aislamiento.
Con la proliferación de las familias, en las serranías, donde
la dependencia del ovino es vital, el pastoreo en los puertos y valles adquiere
total protagonismo para la supervivencia. La reproducción de las reses se hace
una constante (ganado), generando una dinámica industriosa, tanto por la
alimentación (carne y lácteos), como por la protección del frío (lana) y utensilios
(cuero).
Ser un buen pastor implicaría la abnegación de toda
comodidad en favor de las ovejas, por ser la fuente de sustento de las familias.
Una temporada sin salir a buscar los pastos supondría la muerte por inanición
de las ovejas; unas ovejas descarriadas, terminar en los estómagos de los lobos.
Cualquier descuido o entretenimiento del pastor dar al traste con su medio de
subsistencia.
Los mejores pastores terminarían haciéndose cargo de las ovejas
de vecinos y familiares mayores, llevándose consigo a algún chiquillo para que
aprendan el oficio. En la serranía todos tienen una ocupación relacionada con el
ganado, por eso desde niños se les enseña (zagales) a sobrevivir en ese medio.
Es evidente que el ganado mejor pastoreado hace mejor leche
y lana. Pero la cuestión es darse cuenta de si la diferencia, el secreto
(MES) pudiera estar en la calidad de los pastos, si la zona donde pastan es más
sombría, más soleada, más pedregosa, etc; o si hay pastores que llevan sus
ovejas al lugar donde suelen pastar las ovejas de otro pastor. O si el carnero
de una piara cubre ovejas de otro pastor, o si este recoge alguna descarriada
de otro. A raíz de estos condicionantes surgirían conflictos. Son factores que pueden
traer la enemistad entre las gentes y parientes de la serranía. Por este motivo
y con el fin de evitar estos agravios, los pastores tenían reuniones llamadas MESTAS
(Más Diferencias o más divisiones), una especie de consejo donde se observaban todas
estas circunstancias y se ponían reglas, medidas, marcas, cordeles.
Acercándose el invierno, las salidas desde las serranías hacia
los pastos sin nieve, se harían mediante las referencias naturales estáticas para
la vuelta, como es el curso de los ríos. Sin embargo, la orientación con rumbo
solar, más complicada, requeriría de trashumancia, es decir, salida previa de
personal sin ganado. Las salidas previas con este rumbo podrían hacerse, bien
saliendo al amanecer hasta el mediodía; o bien salir desde el mediodía hasta el
atardecer, igualmente siguiendo cara al sol, en ambos casos, un día tras otro,
sin perder la regularidad. Seguidamente, de mañana, los pastores verían señales
e irían procurando tal dirección. Según el momento elegido para aquella salida
previa, la línea de dirección sería diferente, una para cada caso y,
curiosamente, perpendicular una de la otra.
Las dos serranías más importantes cuyo ganado migraba ya
desde tiempo ancestral en Iberia serían las Burgalesa-Cameros-Soriana (merina lana
rizada) que, ya pastoreado saldrían siguiendo el rumbo de los leñadores que partieron
al mediodía anterior, y la de la zona Leonesa-Palentina (lana lisa, lacia o
lacha), que saldrían, en principio, siguiendo el curso de los ríos Esla y
Órbigo (León) - Carrión y Pisuerga, además de los cerratos (en Palencia), hasta
Benavente y Dueñas, respectivamente.
Al sobrepasar los límites fluviales hacia el sur, y comoquiera
que las dos direcciones tuvieran puntos comunes de incorporación de las
diferentes ganaderías, y de posible cruce de razas (Merina y Churra,
principalmente), aumentaría la probabilidad de conflictos entre los pastores. Añadido
a esto, la creciente población, en las diferentes regiones, iría usurpando ancestrales
pasos pecuarios.
Al verse tan fértil y necesaria esta actividad para los
reinos, Alfonso X establecería el Honrado Concejo de la MESTA, reconocimiento institucional
de la importante labor del ganado y su producción como base económica. Así,
otorgó prerrogativas y audiencia asamblearia de ganaderos, para acordar vías,
límites y situaciones diferenciales entre las diferentes cabañas.Por lo tanto, y partiendo de un término ya existente (mesta)
para discernir una “diferencia” entre dos o más circunstancias, como son
también “mestas” la confluencia de dos ríos (en origen los ríos fueron límites
naturales de pastoreo), o el derecho de pacer entre ambas aguas, sería también motivo
de reunión. Con toda seguridad, es de insistir que, paz (pas), pasto, pazto o PACTO,
provienen de un mismo hilo semántico relacionado con esta ancestral actividad.
Por lógica, MES-E-TA, implicaría el deseo de permanecer más
tiempo en aquellos lugares de planicie que marcan esa diferencia, llanuras
entre las montañas y los valles, como efectivamente supone la salida de las
sierras y puertos afectados por la nieve, desde el mes de noviembre al de mayo.
Momento en que regresan hacia los verdes pastos serranos, hasta próxima
temporada.
Es bíblica la dedicación del Hombre al pastoreo y cuidado de
las ovejas como seres trascendentales para la vida, predilectas en los libros
sagrados. Y cómo, en sus metáforas, se hace analogía de los pastores con sacerdotes,
padres que adquieren esa responsabilidad, de conducirlas por los mejores
caminos a los pastos más verdes, y vigilar que no se pierda ninguna.
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